¿Cómo hacer una polera corporativa que incluya los valores de una marca?
Desde el nacimiento de Kombuchacha, , nuestro desafío ha sido llevar nuestros tres pilares a todo lo que hacemos. Una polera corporativa tenía que ser por ende: Orgánica, Natural y con trazabilidad en su mano de obra, materiales y procesos. Después de mucha investigación dimos con que la mejor opción en Chile, eran las poleras de algodón orgánico certificado, hechas en nuestro país por la empresa B Pure Cotton. Decidimos ir un paso más allá y que Paty Ayelef, quien lleva la tradición mapuche del teñido natural en la zona de Curarrehue, buscara cuatro elementos de la naturaleza para hacer colores similares a los de nuestras Kombuchachas. Para que finalmente nuestra Elisita Punto las estampara a mano con tintas amigables con el medio ambiente. Esta es la historia:

Para la Navidad del año 2020, en el paseo de fin de año, de un año memorablemente desafiante con la Pandemia, quisimos sorprender a todo el equipo de Kombuchacha con el sueño de una polera corporativa fiel a nuestros valores. Elisita Punto junto a la fotógrafa Dominga del Campo, fueron durante tres días a alojar a casa de Paty Ayalef para teñir con Paty, aprender de ella y también colaborar en el trabajo diario en el campo con Paty.


Paty Ayalef, maestra de tantos, líder mapuche, emprendedora, vive en Curarrehue, Araucanía, hacia la cordillera, hace clases y vende sus productos hechos a mano, tejidos y teñidos por ella como aprendió con su madre y desde pequeña. Paty tiene un espíritu libre y generoso, encanta a todos, da la bienvenida en su casa a quien llegue a aprender y dar una mano en el campo. Colaborar con ella fue hacer un sueño realidad y también nos dejó con grandes aprendizajes: su calidad humana, creatividad y humor, hacen que creamos con más fuerza en los pilares que nos mueven como empresa, agradecidos de vivir en el Sur, cerca de la naturaleza y de tener entre nuestros colaboradores creativos a mujeres de este maravilloso territorio, como lo es Paty y mujeres artistas que se han venido al Sur para crear y aprender, como Elisita Punto.


Para lograr los cuatro colores se utilizó cáscara de cebolla para sabor Original, raíz de Michay para el sabor Té Verde, maqui hojas y ramas para la de Cedrón y, por último, cochinilla pigmento para la de Arándanos.


Luego de la estadía con Paty Ayalef, tocó organizar la impresión de serigrafías, técnica que estudió Elisita en Nueva York y con la que trabaja hace más de 15 años. Ésta se realizó en una tarde a modo taller al aire libre, con los hijos de colaboradores de Kombuchacha, en la zona de Carhuello. En total fueron siete niños, que libremente escogieron bastidores de distintas figuras y fueron haciendo sus propios diseños únicos y originales con cada polera. Para finalizar esta linda labor en conjunto, las poleras se colgaron y se dejaron secando en el mismo bosque en medio de la naturaleza.

Rescatar lo milenario, hacerlo actual y llevarlo al futuro nos motiva y con el desarrollo de confección de estas poleras sentimos que lo concretamos, disfrutando mucho la aventura y el proceso.



Escrito por: María Jesús Benavente
Fuente: Elisita Punto
Fotos: Dominga del Campo

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