Si alguna vez sentiste que tu estado de ánimo estaba directamente relacionado con lo que comes, no estabas equivocado. Hoy la ciencia está cada vez más convencida de que la salud emocional no solo nace en la mente, sino también en el intestino. Así como lo lees.
Aquí te contamos cómo funciona esa conexión, qué tiene que ver la kombucha en todo esto y por qué cada vez más personas hablan de la microbiota intestinal como un «segundo cerebro».
La kombucha es una bebida fermentada a base de plantas orgánicas con una combinación de levaduras y bacterias beneficiosas que, al fermentar, producen burbujas naturales, ácidos orgánicos y compuestos bioactivos. Su popularidad se debe a que es refrescante, naturalmente gasificada, sin azúcares añadidos y rica en microorganismos vivos.
En el caso de Kombuchacha, hablamos de una kombucha 100% natural, viva y justa. Sin pasteurizar, sin calorías, con certificación orgánica y elaborada en el sur de Chile con el propósito de crear una bebida que conecte con tu bienestar físico y emocional, que sea honesta desde su origen hasta el último sorbo.
Tu microbiota intestinal es el conjunto de microorganismos que viven en tu sistema digestivo. Se estima que tenemos más bacterias que células humanas. Y lo interesante es que estas bacterias hacen mucho más que digerir alimentos. Participan activamente en la producción de neurotransmisores como la serotonina, conocida como la hormona de la felicidad.
De hecho, más del 90% de la serotonina se produce en el intestino, no en el cerebro. Por eso cuidar tu microbiota no solo impacta en tu digestión, sino también en tu bienestar emocional.
Cuando hablamos de probióticos, nos referimos a bacterias vivas que pueden aportar beneficios si se consumen regularmente. Están presentes en alimentos fermentados como el yogur, el chucrut, el miso… y, por supuesto, en la kombucha.
Consumir bebidas con probióticos como Kombuchacha puede ayudar a equilibrar tu microbiota, especialmente si está estresada, afectada por mala alimentación, medicamentos o falta de sueño. Y cuando tu microbiota está equilibrada, tu cuerpo lo nota… y tu mente también.
Lo que comes influye directamente en tu microbioma intestinal, y éste a su vez regula procesos que afectan tu estado de ánimo, niveles de energía, concentración y hasta tu sistema inmune.
Incluir alimentos y bebidas fermentadas, naturales y sin azúcar como Kombuchacha, puede ser una forma de apoyar tu salud emocional desde adentro hacia afuera. Porque no se trata sólo de evitar lo que hace mal, sino de sumar lo que hace bien.
Kombuchacha es parte de un movimiento de bebidas a base de plantas orgánicas, fermentadas naturalmente. Cada sorbo entrega frescura, burbujas vivas y esa sensación de movimiento que activa algo en ti.
Sabores como:
…no solo están pensados para que te gusten, sino para acompañarte en diferentes momentos del día.
Detrás de cada lata hay una filosofía, sentirte bien con lo que tomas y cómo te hace sentir. Sin azúcares añadidos, sin conservantes, con vida, con respeto por el planeta y con ese cosquilleo que va más allá de lo digestivo. Un movimiento interno que puede ayudarte a reconectar.
Porque cuidar tu salud mental no siempre tiene que ver con grandes decisiones. A veces empieza con elegir algo diferente en tu refri. Algo que te guste, que te cuide y que te recuerde que estás vivo.
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